04/30/12 - 1:18

LAS BATALLAS

El Duelo. 2001. 60x80 cm
La Batalla. 2001. 120x100 cm
El visitante. 2001. 80x100 cm
Colonizaciones. Señor. 2004. 70x105 cm
La Huída. 1997. 80x60 cm
La Cascada. 1996. 100x160 cm
La Ermita roja. 1997. 160x100 cm
Sueños. Inocente. 1994. 60x50 cm

    Estamos entrando en una nueva época de trincheras. Desde que el hombre es hombre, nunca ha dejado de batallar. Hay épocas de remansos en las que las personas se paran a mirar, a sentir y vivir. Actualmente el frente de batalla es muy amplio y confuso, pero cada día que pasa tenemos más datos para poder ubicar, sin dudas, nuestra propia trinchera. Es necesario tomar posiciones, no son tiempos para diletantes.
    La crisis y la gestión del poder, nos ha desubicado y está haciendo que vayamos descubriendo el dolor de los demás y sintiendo nuestro propio sufrimiento. La consciencia de que no dejamos de ser uno más en este desagradable embrollo nos ha despojado de la seguridad en la que creíamos que estábamos. Esta fragilidad no nos lleva a otra cosa que a volver a dibujarnos y ordenar, por enésima vez en la vida, nuestra lista de prioridades. Son muchas las batallas abiertas, pero ahora nos toca mirarnos en el espejo para reconocernos, sentirnos y desde ese lugar aportar. Porque se están acabando los subterfugios y las falsas apariencias.
    Ahora la verdad se está desnudando y muestra su cara más fea. Los políticos mienten con más descaro y defienden sin pudor sus propios intereses personales, el capital es cada día más cruel e inhumano en sus aspiraciones y utiliza todos los recursos, caiga quien caiga, en el camino que le llevará a sus ambiciones ilimitadas.
En este nuevo dibujo del mundo y la sociedad no nos queda otra solución que aportar desde nuestra trinchera, sea la que sea, gritos en los que se expresen verdades como puños, que sumados a otros millones de gritos, consigan cambiar el rumbo de las cosas.
    Como artista y fotógrafo, cuelgo estas imágenes que representaron y representan mis gritos interiores.